áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde, animoso,
No hallar, fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso.
Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño ;
Creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor. Quien lo probó lo sabe.
Con estos versos de Lope, el pasado sábado 27 de febrero, Primitivo Rojas abría el telón de este nuevo espacio destinado a ser la primera sala de teatro radiofónico de Madrid. La Sala Milagros. Un proyecto de barrio, construido ladrillo a ladrillo con el esfuerzo de incontables vecinos y amigos. Una propuesta cultural que viene a llenar un vacío modelado por los intereses comerciales. Aquellas obras que nuestras madres escuchaban boquiabiertas sin perder detalle, puntuales a su cita diaria con las ondas, desaparecieron del panorama radiofónico por no aportar un beneficio económico a este voraz capitalismo que nos aplasta.
Una emisora sin afán de lucro que, con la única pretensión de difundir la cultura y la lengua castellanas, emite a través de internet, será la portavoz de este interesante proyecto que seguro tendrá una cálida acogida entre sus oyentes. Aire se llama. Aire sanguíneo, que fluye, que se expande, que crece, que se difunde, que no pesa... Aire ubícuo, viajero, generoso, transparente... Detrás del proyecto, el abnegado esfuerzo de muchos amantes de las ondas.
Carmen y yo llegamos a la inauguración después de tomar un té con nubes de humo en un galáctico próximo. Entramos en el local de la emisora, donde tendrá lugar la presentación. Me siento algo desubicada, pero mi amiga está en su salsa y yo feliz de compartir algo que significa tanto para ella. Vicky nos hace sentar en primera plana. En el escenario azul se yerguen cuatro micrófonos hambrientos. De fondo, la imagen de una máscara blanca que parece hablar al viento. De fondo, una grabación de hace muchos años, teatro de radio con voces tan lejanas... El silencio se abre paso rápidamente, la narración nos atrapa sin dificultad. Hemos de entrar en calor.
Primitivo aparece, se despliega, se esparce por la sala, con su poderosa voz. Y el resto del elenco va surgiendo sobre el escenario para beneplácito del público. Jose María Alfajeme dirige el evento con desparpajo y simpatía. Ellos, junto a José Ángel Fuentes, Mónica Dánez, José Antonio Ramos, representan varias piezas breves que cautivan a la asistencia. Nada que ver con el teatro visual, sin menoscabo de éste. Pero el poder de esas impresionantes voces hace erizarse el vello en la piel. Y más así, en vivo. El último en aparecer es José Ángel Fuentes, lánguido y con cierto aire desgarbado. Cuando abre la boca mi silla evita lo que hubiera sido una caída segura. Es tan impactante la percepción de un yo tan increíblemente potente... No resulta fácil describir esa sensación mezcla de admiración, serenidad, seguridad, acompañamiento, bondad, presencia, centro, espiritualidad... que transmiten al alma. Los ojos abiertos o cerrados, todos los sentidos y ninguno parecen percibir al unísono este aire transformado por una fuerza sobrehumana.
Después de representar algunas piezas breves, se despiden con un fragmento de La Guerra de los Mundos. Al oírles, se comprende la catarsis general que se produjo en Estados Unidos con la primera emisión de esta obra, que puso en alerta al mismo ejército nacional.
Sangría, pinchos de todas clases, presentaciones por doquier... pintan el cuadro que me regala esta noche mágica, y que me llevo para siempre, en un bolsillo de mi recuerdo.
Maravillosa experiencia y nuevas posibilidades de creación y amistad.
Aquí la emisora aire
La sala Milagros está en C/ Inmaculada Concepción 41, Madrid
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