Me quedo con el recuerdo, pero no quiero.
Contracorriente navego, sobre olas de silencio agitado.
La vieja sirena bosteza en el arrecife, caracola en mano,
corazón encallado en la arena.
Quién guardará las promesas olvidadas en la niebla?
Quién besará los besos de nadie?
Teje un collar de perlas que nunca se acaba,
estúpida Penélope que se pierde en su mar de dentro.
Él se olvidó de tus cabellos amarrados al tiempo,
de tus manos de seda y nácar sobre su pecho,
de tu canto silencioso que hoy canta el cello.
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