Hace mucho tiempo que no publico una receta en el blog, así que voy a intentar ponerlo al día con los últimos descubrimientos. Uno de ellos es este riquísimo pan sin gluten, sin harinas procesadas y sin levadura ¿a que parece increíble?
Para mi es importante la diferencia entre hacer un pan con una harina procesada, envasada sin vida y sin luz durante un tiempo incierto, y un cereal (o pseudocereal) vivo, como en este caso el trigo sarraceno, que contiene un germen capaz de brotar y desplegar toda esa vida... No comemos lo mismo, indudablemente: lo mimamos, lo ayudamos a germinar, luego a fermentar... Y entonces nos alimentamos con parte de esa luz de los prados, de ese sol que lo impregnaba. Sentir eso por la mañana, en forma de tostadita, es una sensación única.
No es imprescindible que uséis psyllium, pero proporciona a la masa una esponjosidad que merece la pena.
He probado a hacer esta receta con otros granos, pero no salió. Hago este pan prácticamente una vez a la semana, y lo guardo en el refrigerador. Es un pan compacto pero esponjoso a la vez, no se rompe y se pueden hacer rebanadas tan finas como quieras. A mi me encanta dorarlo en la tostadora por las mañanas, acompañado de queso-crema de anacardos o paté de tomate.
Las especias las varío cada semana para cambiar el sabor, echo una buena cantidad porque el trigo sarraceno es fuerte. También puedes probar con trocitos de tomates secos, levadura nutricional, hierbas frescas...
Es realmente sencillo de preparar, solo hay que cuidar cada paso con mimo para obtener un riquísimo pan supersaludable.
Para mi es importante la diferencia entre hacer un pan con una harina procesada, envasada sin vida y sin luz durante un tiempo incierto, y un cereal (o pseudocereal) vivo, como en este caso el trigo sarraceno, que contiene un germen capaz de brotar y desplegar toda esa vida... No comemos lo mismo, indudablemente: lo mimamos, lo ayudamos a germinar, luego a fermentar... Y entonces nos alimentamos con parte de esa luz de los prados, de ese sol que lo impregnaba. Sentir eso por la mañana, en forma de tostadita, es una sensación única.
No es imprescindible que uséis psyllium, pero proporciona a la masa una esponjosidad que merece la pena.
He probado a hacer esta receta con otros granos, pero no salió. Hago este pan prácticamente una vez a la semana, y lo guardo en el refrigerador. Es un pan compacto pero esponjoso a la vez, no se rompe y se pueden hacer rebanadas tan finas como quieras. A mi me encanta dorarlo en la tostadora por las mañanas, acompañado de queso-crema de anacardos o paté de tomate.
Las especias las varío cada semana para cambiar el sabor, echo una buena cantidad porque el trigo sarraceno es fuerte. También puedes probar con trocitos de tomates secos, levadura nutricional, hierbas frescas...
Es realmente sencillo de preparar, solo hay que cuidar cada paso con mimo para obtener un riquísimo pan supersaludable.
Aquí va la receta:
PAN SIN GLUTEN, SIN HARINA Y SIN LEVADURA
Ingredientes
2 T de trigo sarraceno
2/3 T de agua
1 ½ c de sal
1T semillas de girasol
1c de tomillo, 1c de orégano, 1c de pimentón, 1c de cúrcuma, 1/4c de pimienta negra
1C de psyllium
2 T de trigo sarraceno
2/3 T de agua
1 ½ c de sal
1T semillas de girasol
1c de tomillo, 1c de orégano, 1c de pimentón, 1c de cúrcuma, 1/4c de pimienta negra
1C de psyllium
Preparación
Poner el trigo en remojo unas 4 horas. Pasado este tiempo colar sin lavar, así ayudamos a que fermente más fácilmente. Añadimos el agua reservada y trituramos. Dejar fermentar entre 12-24 h, según la temperatura ambiente, en un sitio tranquilo y protegido de la luz. Yo lo dejo dentro de un armario de cocina.
Cuando la masa esté fermentada (queda como mousse y no huele muy bien), mezclar con las semillas trituradas, las especias, la sal y el psyllium.
Forrar un molde con papel de horno y verter la masa. Poner semillas en la superficie presionando un poquito, y hacer una hendidura longitudinal en el centro.
Hornear a 200ºC (precalentando a 220ºC) durante 1h. Desmoldar en rejilla cuando esté tibio.
Una vez frío lo podemos guardar en el frigorífico. Se conserva más de una semana.
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