El cielo cambió de color, a un violeta denso matizado con reflejos rosas y anaranjados. Un abismo quebró sus pasos, en lo que parecía el fin del mundo. El suelo desapareció bajo sus pies, el vértigo sacudió su estómago y la empujó a tierra, necesitaba aferrarse a ella antes de perderla de vista. Entonces surgió de entre las cortinas de niebla un ave gigantesca, un águila de alas tan grandes que parecían cortinas que cerraban el día. Dio tres vueltas en el aire antes de posarse en el borde de la sima. No habló, clavó sus ojos en los suyos y movió ligeramente la cabeza indicándole que subiera a su espalda. Así lo hizo, hundiéndose en el suave lecho de plumas, a las que se sujetó con fuerza. Atravesaron las nubes moradas, y tomando un pedazo de una de ellas, lo metió en su boca, lo saboreó y lo tragó. Un intenso sabor a fruta adamascada se apoderó de sus sentidos, y por un instante, se proyectaron en su mente imágenes de tiempos que habrían de llegar, extraños sueños de mariposas humanas, de telarañas de filigrana, de castillos de marfil erguidos en el cielo, de niños de cabeza enorme sobre diminutos cuerpos cubiertos de escamas, de amaneceres con 3 soles que competían en brillo y luminosidad, de mares en cuya superficie caminaban seres de cuerpo transparente… cuando abrió los ojos, la noche había engullido todo atisbo de color, y en medio de la oscuridad, como un oasis en el que refugiarse, se erguía una gran roca de cuarzo verde que emitía una extraña luz que extendía su brillo como una luna anclada en el suelo. Allí fueron a parar, sus pies ingrávidos buscaban la tierra firme, pero un espeso calor la empujaba hacia arriba. Guardó en la bolsa de cuero la pluma blanca que le entregó su bienhechora antes de perderse de nuevo entre la bruma. Y así, flotando sobre aquel ambiente onírico, continuó en busca de una nueva señal que le indicase por dónde seguir...Incluso si debo soltar tu mano
sin poder decirte hasta mañana
nada deshará nunca nuestros lazos...
Incluso si tengo que irme lejos
cortar puentes, cambiar de tren
el amor es más fuerte que la pena...
El amor que hace batir nuestros corazones
exaltará este dolor
transformará el plomo en oro...
Te quedan tantas cosas bellas por vivir...
Verás al final del túnel
dibujarse un arco iris
y reflorecer las lilas...
Tienes tantas cosas bellas ante ti...
Aunque me encuentre en la otra orilla
hagas lo que hagas, te suceda lo que te suceda
yo estaré contigo como otras veces...
Aunque partas a la deriva,
el estado de gracia, las fuerzas vivas
volverán antes de lo que crees...
En el espacio que une el cielo y la tierra
se oculta el más grande de los misterios
Como la bruma que vela la aurora
hay tantas cosas bellas que aún ignoras...
la fe que mueve montañas
la fuente blanca de tu alma
Piensa en ello cuando duermas:
EL AMOR ES MAS FUERTE QUE LA MUERTE...


