jueves, 27 de mayo de 2010

Maus: Retrato de un superviviente

Art Spiegelman
Art sueña con vivir en América. Y el icono que mejor la personaliza es Mickey Mouse. Maus es el protagonista de esta historia, el máximo exponente de la capacidad de superación del ser humano a pesar de las circunstancias más adversas. Un ser pequeño y frágil que esgrimiendo una férrea voluntad es capaz de vencer a enemigos feroces como el miedo, el odio, el olvido o la lástima; o a algunas de sus consecuencias como el hambre, la enfermedad, la crueldad o la sed de venganza...

En un relato sin precedentes, una obra maestra del cómic y de la literatura sin más, Art Spiegelman pone en boca de su padre la conmovedora historia de su familia, judíos polacos en la Segunda Guerra Mundial. A través de una narración exhaustiva y original, salpicada de recursos inesperados, nos relata los avatares por los que han de pasar sus padres y muchos otros parientes, repudiados por sus propios compatriotas, trasladados de un campo de concentración a otro padeciendo las torturas más abominables e inhumanas... Y precisamente por su condición de seres humanos, son capaces de superarlas, aunque muchos mueran en el intento. Ratones humanos en trampas sin salida, donde apenas hay espacio para la esperanza, donde lo único que no pueden arrebatarles es el amor. El amor es el hilo dorado al que se aferra nuestro héroe, el único capaz de catalizar el perdón no explícito que se manifiesta en muchos gestos inconscientes, el único capaz de mantener intacta la más regia dignidad. El cuerpo magullado, arrebatado todo lo tangible... Pero algo mucho más grande se eleva y eleva al protagonista sobre su mismo entendimiento.

Todos somos Maus, todos somos Hitler, aunque mis dedos tiemblen al escribirlo. Mucho queda por reflexionar acerca de este negro episodio de nuestra reciente historia. Las fuerzas en una dirección o en otra seguirán ahí. Sólo nosotros sabremos orientar nuestros pasos o no a través de la niebla, somos libres para hacerlo.

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