miércoles, 22 de octubre de 2008

La luz que se enciende

Las sonrisas brillan más cuando llueve. Algo se enciende aquí dentro para evitar desvanecernos en la penumbra. Momentos entrañables donde compartir el sonido de la lluvia, las ganas de volver a casa, las risas de última hora. Hemos creado equipo, aunque tan efímero… Begoña, Carlos y yo. Tan distintos y con tanto en común. Recordaré nuestro paso por el hotel negro, los espejos que ocultan el interior, las botellitas de agua, las ruedas de prensa en la sala de al lado, ese portero del atlético de Madrid cuyo nombre no recuerdo, las pastas de té tomadas furtivamente al pasar junto a los carros de aquel desayuno vip, mmm… cómo me gustan las pastas de té…los cafés junto a la fuente que invita a sentarse dentro, los cigarros de Bego bajo el acebuche, sentados como caracoles al sol sobre el granito que lo viste todo, las entrevistas de Carlos, mi encuentro con mi querida Laia… Lo que quede de esto es lo que nosotros queramos, seguro que algo podremos construir.

Qué pereza salir de la oficina, el viento sacude los recios olivos que vigilan la entrada ¿qué no hará conmigo?
Encogida como un gorrión en invierno, camino por el frío hasta el coche, y vuelta a casa. Y antes de llegar al pueblo, otra sorpresa me espera tras doblar aquella curva maldita que atravieso cruzando los dedos. Un hermoso arco iris se extiende entre el cielo y la tierra, pero ¿dónde estamos?¿arriba o abajo? la Maliciosa flota entre níveos algodones, todo parece suspendido sobre las nubes, qué sensación tan agradable… toco los asientos, siento el suelo bajo mis pies… estoy aquí.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

De bonito nuestro pueblo el miedo que ofrece cuando la Maliciosa sopla. Ese miedo que te advierte que quien manda manda y sólo manda una, la naturaleza. Pero al mismo tiempo, no ocurre nada, no golpea, no hace daño, sólo asusta para después regalarnos el oxigeno, el calor, el color, ...

.Alberto.

Elena Rosa Cruz dijo...

... Y por la noche se yergue majestuosa cubriendo las espaldas del noctámbulo caminante. Como un dragón protector que invita a un paseo seguro por las calles vacías y silenciosas. Y me sopla despacito en las mejillas para mantenerme despierta...

Anónimo dijo...

Cuidado que los dragones soplan fuego y eso de que no hace daño la naturaleza es muy lindo pero poco certero.

Anónimo dijo...

No dejo de tener cucarachas en la cabeza, de esas que tanto veía durante semanas y que ahora no me encuentro con ellas.Esta era la forma de ganarme el sustento: trabajar,junto con dos chicas divertidas,introduciendo tarifas en las paginas web bajo la vigilancia de cucarachas.
Ahora el temor se apodera de mí porque parado estoy, y no aguanto sentirme como un viejo antes de tiempo.
Vosotras ya sabeís quien soy.
Sigue con este blog, te veo mañana en el café.

Anónimo dijo...

Nos os vi en el cafe

Elena Rosa Cruz dijo...

Carlitos, estuvimos allí hasta las 3 x lo menos. No te preocupes, no creo q estés parado mucho tiempo, si no paras de hacer entrevistas! Os llamo esta semana, o escribo un mail... Bsss