Los angelitos de lana revolotean sobre mi cabeza, no sé cuantos hice en la mañana de ayer, mientras conversaba con mis amigas, cuanto tiempo sin verlas, qué alegría. Antonia, Natividad, Lourdes, Rosa... tengo tanto que aprender de ellas, y tanto que compartir... Me encantan esas reuniones prenavideñas, el té de media mañana, que las pequeñas de 6 años se encargan de servir "espera, este es el tuyo", y me echa una cucharada más de miel y una sonrisa cómplice ¿porqué los niños son tan sabios? porque todavía recuerdan...
El brillo en los ojos de María Jezabel, el entusiasmo de los padres nuevos, la maestría de algunas mamás que nos regalan su sabiduría, los pequeños repartiendo galletas, me los traería a todos a casa... los más mayorcitos jugando fuera, el Sol acompaña. Claudia practicando escalada en los árboles, Mikel con su mano vendada, Celeste se quiere venir de nuevo con nosotros... que grupo tan simpático forman. Es precioso contemplar su evolución, con tropiezos y avances, pero con un potencial enorme que se va desplegando con tan solo despejarles un poco el camino...
1 comentario:
Y la dona e movile
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