Vamos a contar como hacer un queso-base vegano, para luego crear todas las variaciones que se nos ocurran. Esta receta está basada en la del blog cocinamedicina.es, que es fantástico, una gran ayuda para los que nos iniciamos en la cocina crudivegana. Al frente, la naturópata y chef Carmen Méndez. Personas como ella hacen posible que los no iniciados podamos introducirnos en la práctica de la 'raw food'.
Para este queso hemos empleado anacardos de O Graneiro de Amelia ¿qué haría yo sin esta maravillosa tienda? Tengo la suerte de tener una casi al lado de casa. También necesitamos rejuvelac, ya sabéis, agua enzimática, o agua de vida. Si queréis prepararlo, buscad la receta por aquí. Los beneficios que aporta a nuestra dieta son muy grandes, y es muy sencillo de elaborar. Al principio, a lo mejor os suena todo un poco raro, pero en cuanto os familiaricéis con unos cuantos ingredientes, todo será 'pan comido'.
El rejuvelac nos va a ayudar con el proceso de fermentación de nuestro queso, pero realmente, no es imprescindible para la receta, podéis hacerla igualmente sin él. Pues el otro ingrediente que nos falta es el miso, blanco en este caso. Éste también es un alimento muy rico en enzimas y probióticos, y va a favorecer esa fermentación que buscamos para convertir la pasta de anacardos en queso. Para ello es imprescindible que el miso no esté pasteurizado, si vais a vuestro herbolario de confianza, os ofrecerán varias opciones.
Entonces, no es tan difícil conseguir los ingredientes ¿no? pues ánimo con la elaboración.
Ingredientes para el queso-base
200 g de anacardos
2 cucharadas de miso blanco
1 tacita de rejuvelac
Preparación
Ponemos los anacardos en un recipiente y los cubrimos de agua por completo. Deberán permanecer al menos 12 horas. Yo los he dejado toda la noche y la mañana del día siguiente.
Después los escurrimos, habrán aumentado su volumen y estarán más blandos. Los batimos bien intentando que no queden grumos.
Es el momento de añadir el miso y el rejuvelac, mezclando todo bien.
Lo dejamos fermentar sobre una gasa suspendida para que el líquido pueda caer, protegido de la luz, durante un día aproximadamente.
Pasado este tiempo, ya tenemos listo nuestro queso-base. Lo podemos comer tal cual o utilizar para preparar otras variantes, con distintas hierbas y especias. Con la cantidad que hemos hecho, nos salen 3 quesitos.
¿Os atrevéis?
1 comentario:
Me parece muy bien y fácil de preparar, pero me da una pereza con este tiempo, que mejor lo dejo para el otoño.
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